Visitas nacionalborraxistas

miércoles, 3 de marzo de 2010

Capítulo VI "Operación Drenthe"

Llegó el día señalado en el calendario. JF y yo nos levantamos con el toque de queda , nos vestimos , hicimos un poco de pesas y bajamos al desayuno como cada día. Al llegar al comedor nos separamos y quedamos en encontrarnos a las 11:30 h. Yo saludé a algunos amigos que había hecho y cogí el desayuno. Caminando lentamente , sentía la falta de mis zapatillas pero , disimuladamente cogí dos cucharones de madera y un cuchillo de plástico.

Desayuné tranquilamente un pedazo de pan con mermelada y un yogur de fresa con algunos camaradas y subí a la celda a hacer pesas. Esperé 15 minutos y llegó JF. No había nadie en los pasillos , entramos en el baño , quitamos la baldosa que estaba a la mitad de la pared y nos pusimos a cavar con las cucharas un agujero.

Tras largas horas de trabajo llegó el momento de la comida , tapamos el agujero con un póster de Flipy el del Hormiguero y bajamos a comer.

No tenía mucha hambre , asique , comí un plato de macarrones y de segundo 4 filetes empanados con patatas fritas , croquetas y ensaladilla rusa. Después de comer volvimos a la celda.

Eran las cuatro y todo el mundo dormía la siesta , por lo tanto no podíamos hacer mucho ruido. Seguimos cavando y cavando hasta que por fin se vió un pequeño rayo de luz , nos hicimos ilunsiones pero ese rayo de luz provenía de la ventana que se hallaba en el pasillo. Pero no nos rendimos y continuamos cavando y ya sí , se veían los coches pasar por la carretera y se oían voces , entonces , JF quisó pasar primero pero yo había trabajado más duro que ella por lo que me avalancé sobre ella y la empujé para meterme yo. Esta se revolvió y me pisó el pie , yo grité y la gente se empezó a despertar , caí al suelo y me golpeé la cabeza con la silla. Pero saqué fuerzas de mi dedo meñique del pie derecho y me levanté , la cogí por los pies , la saqué del agujero y me dispuse a hacerlo. Saqué el cuchillo de plástico de dentro del sujetador y cuando se intentaba poner de pie dije:
-¡Sólo puede quedar uno!
Y acto seguido me lo clavé en la pierna izquierda , ella se creía que la iba a matar pero solo le di una patada en la cara con mi otra pierna y , cojeando , logré introducirme por el agujero de la pared y me moví como gusano en la manzana hasta salir a la calle.

Hicé autostop y me recogió un hombre con un flequillo que le cubría toda la cabeza para ocultar su calvicie , era muy delgado , con gafas y cara de psicópata. Llevaba unos zapatos negros , unos pantalones beige , una camisa rosa palo y un chaleco negro como el de los camareros. No me importaba quién fuese , ahora tenía que recuperar mi cámara.

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